viernes, 8 de abril de 2011

Mira cuantas maravillas en las tierras del Señor

Mira cuantas maravillas en las tierras del Señor, mira cuantos hijos hay en tu tierra Señor, pero por favor no me mires, hoy soy el peor de tus hijos, pertenezco a la categoría de las cucarachas y las hormigas, eternos enemigos del nido, nido hecho de cables pelados, cadenas salidas y tornillos en el piso, cada vez mas adentro de el caparazón que envuelve al peor de los hijos del Señor, como cada vez que el mundo se te derrite en las manos, y solo tenes un nudo en la garganta, que el silencio se apodere de tu garganta y que te vayas…. No tengo palabras, no tengo nada, no te tengo a vos… perdí…

Salmón

Uh… sabia que me estaba siendo difícil la marea, pero le resté importancia, no, me dije no, esto no es más que otra colina, no es más que otra encrucijada, lo sé, por eso le resté importancia y seguí nadando, río arriba… descanso…
Tú has sido quien ha precipitado el fin de mis días, “El ocaso del nadador” debería llamarse mi biografía, porque nadé toda mi vida… me gesté en el mar de la vida, y de ahí en adelante nadé, yo, nadé, no corrí, no trepé, no ascendí en mi vida, todo el tiempo estaba nadando, a veces un poco mas rápido, otras como delfín… pero siempre río arriba
“El comienzo de una era” dijeron cuando nací, ¿Ves? Vos seguro que cuando naciste dijeron “Señora esto parece una lechuza”, ami me dijeron que era el futuro, eso de lo que todos se enorgullecerían, y ahí está… me tiraron a la pileta sin alitas, nada… directo a la vida, entonces les dije “muéstrenme el río, y yo lo cruzaré, quiero lavar mis pecados, quiero ser como el sol que no tiene nada que hacer mas que rondar los cielos de Dios”