jueves, 1 de noviembre de 2007

No entra en mi cabeza
y cuando empiezo a creerlo pasa un perro,
a ras del piso,
jugando una carrera contra su tiempo.
Los ojos de todos más nuevos.
Los ojos de mi viejo sin lentes.
Sin arrugas.
Todos ríen a destiempo mientras yo me veo ir hacia la nada.
Chocan sus copas, chocaran sus copas.
Hablar en futuro me da escalofríos.
Corre un sudor
desde la cintura hasta el cuello,
subiendo hacia atrás por mi cuerpo.
Rían.
Saquen la lengua hacia delante.
No es su mundo el que camina hacia su nacimiento,
no es el mundo,
es solo mi mundo. Solo.
Mientras lo repito, me rió.
Solo conmigo, conmigo solo.
Lento.
Rápido.
Cambiando de ritmo.
Como si una piedra imantada me gritase y soplase hacia adentro.
Veo pelos que vuelven a la cabeza,
manos que salen del bolsillo,
maquinas que tragan boletos y escupen monedas,
besos que se desarman en aliento.
Veo agua bailando hacia el cielo.
No es poesía.
Es lo que veo.
Es mi mundo, mi locura.
Mi cabeza o mi cuerpo.
Con quien hablo.
Con un hombre que camina como cangrejo.
Escupo mis palabras y vuelven secas a mi boca.

por lucas, del monologo de Julio.

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