miércoles, 6 de junio de 2012

Azafran

Todavía me cuesta respirar. La atmósfera y mi cuerpo aun no se llevan bien. El día que llegué le pedí al mundo que no me amenace. El entendió que no amanezca. Y viví noches eternas y dolores internos. Eternos. Y no duermo, por el dolor, no duermo. Siempre despierto en una noche interminable. Siempre viviendo a consecuencia de las cosas, causa efecto. "¿Te hiciste algo en el pelo?" No tengo cabeza. "Me encanta tu corte", entonces agarro el hacha con la que me corte la cabeza y te la muestro. "¡Es divina!", me decís, y te dejo sostenerla. ¡Cuanto más mujer sos con un hacha en las manos. Y de repente me siento religioso, ella bebe mi sangre del hacha y se persigna, me besa los pies y luego los lava, yo le dio que ella es como Hitler y me dice que no le quedan bien los bigotes. Busco mi cabeza del piso. ¿Donde la dejé? "Te la escondí" me dice mientras se ríe a carcajadas y se va. La risa quedó rebotando en la casa una semana. Tuvieron que venir a sacarla los bomberos. No me acuerdo a que hora, pero era de noche. Me acuerdo porque siempre es de noche y como no duermo y la gente lo sabe, siempre que alguien viene es de noche. Doctor¿ la risa es contagiosa? No me puedo parar de reír de usted. Abandoné el consultorio como abandoné todo en mi vida, riéndome y mandando a la mierda a todos. La risa crónica, el insomnio, lo eterno, el dolor de cabeza. "¿Te duele la cabeza?" A la noche me empezó a doler. "¿Recuerda a que hora?" Le dije que no, pero lo recordaba, ya que los relojes de mi casa funcionan a partir  de un dolor de cabeza, "Entonces lo único que le queda por hacer es tirar los relojes de su casa". Lógico. Ahí me fijé la hora, faltaban minutos para el amanecer, pero yo desparecería y reaparecería con la primer estrella. Sabbath todos los días. Es una manera de decir, no es lo que parece, porque se lo que parece y no lo es. Ahí es cuando paso de sentirme Rabino a Sacerdote. Solo unos segundos, hasta que tomo la pastilla para el dolor y no siento más. No me imagino a la eterna noche con sensaciones reales. "Conciencia alterada, no puede salir del recinto hasta que amanezca". Me vi forzado a vivir aquí. Aprovechemoslo, por aquí estará esa foto que tanto me gusta de ti. Por este lado haremos una abertura para que entre el sol. ¡Carajo! Voy a comprar muchas lamparitas o un reflector, cuando salga, solo cuando salga y si encuentro mi cabeza, que tiene mi billetera además, donde guardo el dinero. Cuando digo "dinero" siento un escalofrío. ¡Aparecé cabeza!. Timbre. No voy. Pasa el tiempo. Timbre de nuevo. No voy. Timbrazo. No voy. Pasa el tiempo. Toc Toc, golpes a mi puerta. Toc Toc."¡se que estas ahí, abrí hijo de puta!¡Hoy te toca!" ¡PUM!, derrumban la puerta. Miedo, mucho miedo. "Hijo de puta te voy a matar!". Reconocí su voz de algún lado, pero el sombrero no me dejaba ver su cara. "Este pueblo es muy chico para los 2, se te acabó la suerte". Miedo, más miedo. Me desmayé. Al despertar mi cabeza se reía de mí, con su sombrero nuevo.

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