miércoles, 25 de junio de 2008

¡Tanta vida, Señor! ¿Para qué tanta vida?

Para ver. Para oler. Para saber. Para querer.
Para amar. Para soñar. Para respirar. Para amar de nuevo. Una y mil veces.
Para conocer. Para conocerte.
Para compartir. Para reír y llorar.
Para acompañar. Para consolar.
Para sentir. Para sentirte. Para tocarte. Para hacerte el amor como nunca antes.
Para besarte. Una, dos, tres, cuatro veces. Cinco, seis.
Para compartirte mi corazón.
Para volver a besarte. Siete, ocho, nueve veces. Para besarte toda mi vida. Para decirte "sí" siempre.
Para aprender a amarte de la forma que tú quieras. Para complacerte siempre. Para que tú también respondas sí. Que me vas a querer toda tu vida. Que me vas a cuidar, en la salud y en la enfermedad, hasta que esa puta muerte nos separe.
Para nunca separarme de ti. Para vivir a tu lado toda mi vida.
Para verte respirar mientras dormís.
Para todo eso. Nada más. Y nada menos.
(diez, once, doce veces)
Amame por favor. Quedate tranquila, que yo te voy a amar hasta que duela. Y ya me duele. Tanto que mi corazón está llorando. Vení. Escuchalo. Y llorá conmigo.
Porque sé que no querés amarme. Lo sé, pero no lo entiendo. El día que entiendas que lo mío por vos es amor, vas a estar conmigo. Y ahí sí seré feliz.
Tanta vida. Para qué carajo necesito tanta vida. Si cuando me das la mano, todo esto ya no existe. Sólo estamos vos y yo. Ese es el momento en que mi corazón llora.
Habla. Grita. Te ama. Y vos, le das la espalda.


Por el primo de Peter Pan

No hay comentarios: