jueves, 26 de febrero de 2009

Canción para los justos

Hablemos de los justos:
de los hombres serios que no miran atrás,
que no olvidan una cara,
que nunca mienten.
Hablemos de los que no se ensucian.

Los justos, como los gatos,
saben siempre qué decir
y caen bien parados.

Los justos llegan a tiempo,
no son desmedidos
y se bañanentre ellos,
con sus lenguas de siameses.

Los justos tratan a sus criadas como gente decente,
saben cuándo callar,
cuándo reír
y cómo contener las lágrimas.

Los justos tienen la mano firme,
son gente de palabra
y no apoyan los codos en la mesa.

Los justos aman una vez en la vida,
nunca comen entre horas,
duermen la siesta eterna.

Los justos se reconocen,
alzan la cabeza cuando se cruzan por la calle
y nunca hablan por las espaldas.

Los justos se aburren aunque lo nieguen,
niegan aunque lo acepten
y lloran en silencio.

Los justos odian a los hombres,
no los reconocen,
les niegan su mano firme,
les cortan las alas,
los envidian.

Los hombres comen a destiempo,
se bañan entre lágrimas,
aman muchas veces,
mutan,
cambian.

Los que se transforman.

Los hombres se enamoran una noche,
se emborrachan
y olvidan todo al otro día,
con un dejo de recuerdo.

Los hombres bailan como focas,
se rozan con la nada,
sienten el absurdo,
y lloran a carcajadas de los mundos sin sentido.

Los hombres
envidian a los pájaros.
Comen con los codos.
Sucias las rodillas,
vuelven a ser niños.
Los hombres
sienten lástima por los justos.

No llegan a tiempo,
pierden amistades,
buscan amores,
toman de los vinos,
pierden la cabeza,
sueñan con los puertos,
cuentan sus historias.

Los hombres se equivocan,
los hombres perdonan,
los hombres olvidan con los tragos,
se comen el mundo en una canción,
caen a lo más profundo,
y bailan orgullosos el wals de los idiotas.

por lucas

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