Soneto número 2

Me celebro a mi mismo,
sin ataduras,
sin obsesiones,
sin materia uniforme amada.

Me despojo y aliviano.

El espejo frente tuyo te mostrara lo que no querés ver.
Vas a enojarte.
Vas a pelear.

Va a seguir reflejándote la posible calma.
Seguís intentando romperla.

Calma la fiera por la noche.
Calma el mar sin el viento.
Calma el dia si te veo,
cambia, de vez en cuando cambia.

Azul es el fondo de mi vaso.
Y las luces que me distraen en mi caminata nocturna.
Luces que me llaman desde lo mas infinito de la percepción
no buscada.

El simple hecho de mirar sin objetivo
dejar que los ojos jueguen con la existencia
y el azul que me conmueve,
me atrae y evoluciona.

Agua soy tuyo.
Profundo me siento en lo profundo.
Buceo por limites estrechos.
Resbalo y vuelvo a bucear.
Inhalo.

Percibir todo dejando de juzgar.
Percibir el hecho de estar presentes.
De estar aquí ahora.
De compartir el silencio y la calma de esta tarde verde.
Bajo las enormes hojas de la selva ecuatoriana.
Bajo las ramas del ombú,
Bajo el esquivo trazo de tu mirada.

No corro más. No corro más.

Si alguien me maltrata,
dejo de tratar.

Si alguien me esquiva,
dejo de buscar.

Ya vendrán corriendo.

Juan de la Orden