jueves, 4 de diciembre de 2008

Bicho Bolita V (un cuento en partes)

Había un viejo que se llamaba Pérez que era el dueño del balneario al que íbamos. La mujer no me acuerdo cómo se llamaba pero se parecía a él y también se parecía a una actriz que ví después cuando fui más grande. Una actriz judía o que hacía de judía. La mujer tenía siempre un pareo atado que le llegaba hasta muy arriba y le arrugaba las tetas y Pérez tenía siempre el traje de baño muy arriba y hacía que su ombligo sólo se viera por la mitad. Tenía el pelo blanco y se parecía al abuelo de unos primos míos que yo los primeros años creí que era pero después aprendí que no era pero todo esto sin decirle a nadie sino que yo solo me di cuenta de que no eran el mismo. Aunque un día no en Miramar lo vi en traje de baño al abuelo de mis primos y también estaba Matías y Manuel y les mostré que también él tenía el traje de baño como Pérez y nos reímos los tres. Pérez había inventado un juego que se llamaba la huevada y se jugaba una vez por verano y ese era el día de la huevada. Se hacían parejas y el que ganaba se ganaba una copa y Pérez era el juez de la huevada. Después cuando fui más grande los veranos que al final volvimos a ir a Miramar había días que había huevada que yo prefería que no me vieran otros amigos que no eran de la playa aunque yo más que jugar a la huevada me gustaba ver porque aunque era medio tonto el juego era divertido pero el olor a huevo del final con la arena no estaba bueno y a veces si perdías te entraba huevo en la boca. Una vez Belén mi prima ganó con su padrino y mi hermana miraba cómo Belén festejaba y se cree que ganó no sé qué cosa que se puso a llorar sólo por ganar la huevada dijo mi hermana. Las parejas se iban pasando un huevo que repartía Pérez y cada vez que Pérez mientras su mujer miraba tetas apretadas arrugadas, decía VA, con un sonido como si de su boca saliera una pelota de squash; ahí cuando Pérez decía VA las parejas se tiraban el huevo y si lo atajaban pasaban a la próxima vez que Pérez diga VA pero se ponían cada vez más lejos con una línea que armaba Pérez con un palo y no podías pisar esa línea hasta que los últimos estaban re lejos y siempre el que ganaba igual le explotaban el huevo en la cabeza. Ese día antes de lo del llanto de mi tía y mi viejo con el Casio despertándome, Matías había tenido que jugar a la huevada con Gustavo que se hizo el gracioso el pelotudo dijo Matías y no estábamos en la cancha cuando dijo pelotudo, y que a Gustavo se le cayó el huevo sólo cuando Pérez había dicho dos VA y yo ví que Matías se iba enojado vena sapo Matías mientras Gustavo no es para tanto igual gorda, es un jueguito con huevos, ta’ bien que está sensible pero bueno, no lo malcríes tanto me parece mi amor yo escuché que decía Gustavo. No era obligación jugar con tu papá, pero a Matías le dijeron que juegue con Gustavo aunque ya habíamos arreglado que íbamos a jugar juntos y yo al final jugué con Manuel y tardamos como seis VA en perder y quedaban igual algunas parejas.

CONTINUARá

por lucas

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